En el hockey en general, y en la NHL en particular, la “C” que el capitán del equipo lleva bordada en la parte izquierda de su jersey, tiene un significado de liderazgo, tanto en el hielo como en el vestuario, quizás mucho más fuerte que en cualquier otro deporte.
Por ello, si uno piensa en los “C”‘s más importantes de los últimos, digamos, 20 años, a finales del siglo XX y principios del XXI, y si obviamos a la gran capitán de Detroit Red Wings, Steve Yzerman, sin duda surge el nombre de Joe Sakic. Canadiense nacido en 1969, jugó nada menos que 21 temporadas dejando a su paso por la NHL innumerables hitos y estadísticas, entre ellos dos Stanley Cup, siendo Colorado Avalanche el primer equipo capaz de lograrlo tras una reubicación de su franquicia. Y todo con Joe tras la “C”. Pero vayamos por partes.
En la temporada 86-87 un joven Sakic jugaba su primera temporada completa y era nombrado Rookie del año en la WHL, liga junior en el oeste de Canadá y norte de EEUU. En el Draft de 1987, los Buffalo Sabres obtenían a Pierre Turgeon con el #1, New Jersey Devils a Brendan Shanahan en el #2, y tras 13 jugadores que tendrían apenas impacto en la NHL en los años venideros, Quebec Nordiques elegían a Sakic en el #15 (otros “robos” de ese draft serían John Leclair #33, Eric Desjardins #38 o Theo Fleury #166). En lugar de dar el salto inmediato a la NHL, decidió quedarse un año más en la WHL obteniendo en la temporada 87-88 el premio de MVP y el de Canadian Major Junior Player of the Year, empatado a puntos (160, ni más ni menos) con Theo Fleury.
Mientras, en la NHL, las aguas bajaban turbias para los Nordiques, que desde el 86 finalizaban la temporada cada año como últimos de división. Sakic, que no pudo escoger su número preferido (19) , tampoco pudo completar su temporada rookie 88-89 jugando 70 partidos y anotando 62 puntos. Sin embargo en 1990 pudo llevar el #19, anotar 102 puntos y ser nombrado co-capitan en la temporada 90-91, a pesar de las decepcionantes regular seasons del equipo, que acababa último en la liga durante dos años consecutivos. De hecho, Quebec Nordiques eligieron durante ambas temporadas en el primer lugar del draft a nombres como Mats Sundin u Owen Nolan… o Eric Lindros.
En la temporada 92-93 Joe Sakic recibía la “C” de capitán y el equipo entraba en playoffs por primera vez en 6 años, con récord de victorias de la franquicia incluido. Por tercera vez en cinco años, Joe superaba los 100 puntos (las otras dos temporadas se quedó en 94 y 92). Sakic tiraba de un equipo que comenzaba a carburar, pero sería reubicado en 1995 a Denver, Colorado.
Los líos con Eric Lindros acabaron en 1995 con la llegada en forma de traspaso de otro de los mejores jugadores de la historia de este deporte a Denver, el sueco Peter Forsberg. El traspaso, pese a la marcha años antes de Sundin, y junto a la adquisición de otro Hall of Famer, el portero Patrick Roy, convirtió casi de forma instantánea a la franquicia, recién reubicada, en un aspirante a la Stanley Cup. Tras 120 puntos en temporada regular, 34 en playoffs y el Conn Smythe Trophy, Joe Sakic levantaba la Stanley Cup y se consagraba como el gran líder del equipo y un jugador decisivo estableciendo un nuevo récord en game-winning goals.
Las lesiones hicieron bajar las estadísticas de nuestro protagonista en los siguientes años, pero pese a todo los Avalanche seguían firmando grandísimas temporadas y no menos espectaculares choques con Detroit Red Wings, a la postre grandes dominadores y ganadores de la Stanley.
Haré una primera pausa en esta línea histórica para introducir mi opinión para nada objetiva, como aficionado recién llegado al hockey por esos años: era impresionante ver a grandes capitanes como Yzerman (Red Wings) o Sakic en sus respectivos equipos, aunque sólo pudiera hacerse mediante resúmenes de cadenas deportivas. La C imponía respeto. La figura del center que representaba el espíritu del equipo que ya había existido con nombres como Marc Messier (y tantos otros que un recién llegado a la NHL como yo desconocía) se repetía en otras franquicias a lo largo de la NHL. El C no era el encargado de protestar al árbitro, si no el abanderado de su equipo. Podría decirse que en el choque de ejércitos que se convirtieron esos Red Wings – Avs, los generales destacaban por su determinación y liderazgo. A mi, la verdad, me enamoraron ambos equipos aunque se juraran enemistad eterna.
Pasamos ahora a los primeros JJOO de invierno jugados con Canadá, donde una lesión de rodilla impidió a Sakic jugar la temporada completa con los Avs, y aún así anotando 63 puntos en 64 partidos. De forma similar, en la 98-99 jugó 73 partidos y alcanzó los 96 puntos, y perdiendo en playoffs con los a la postre vencedores de la Stanley Cup, Dallas Stars.
En las siguientes temporadas en NHL la carrera de Joe Sakic se llenó de marcas personales y records: alcanzar los 1000 puntos, 400 goles, superar a Peter Statsny como mejor anotador de la franquicia… y superar de nuevo los 100 puntos en una temporada para llegar, en la 2000-01, a levantar una nueva Stanley Cup, ganando el Hart Trophy, el Lady Bing y el Lester B. Pearson. De hecho, en la ceremonia de entrega de la Stanley Cup a pie de hielo, tuvo lugar uno de los momentos más bonitos de la historia de este deporte. Sakic, en lugar de levantar la Stanley como capitán, dejaba el honor de levantar primero la copa a Ray Bourque, un histórico defensa que tras 22 temporadas en la NHL sin conseguir ganar la Stanley había recalado ese año en Colorado. Otra muestra de deportividad y caballerosidad que quedará en las retinas de todos. En la siguiente temporada, sin embargo, los Avs perdían de nuevo con los viejos conocidos Detroit Red Wings en unas apasionantes finales de conferencia.
Hacemos otra pausa con motivo de los JJOO de invierno de Salt Lake City. Desde el punto de vista del aficionado sin televisión con canales de pago, como era mi caso, unos JJOO emitidos por televisión pública (aunque a horario un tanto inconveniente, dada la diferencia horaria), eran la oportunidad perfecta de ver en partidos completos a jugadores NHL. El equipo canadiense contaba con una de las mejores plantillas de los últimos años, incluso Mario Lemieux había acudido con intención de llevar la medalla de oro a Canadá. No fue sino nuestro protagonista quien anotó el 5-2 en la victoria de Canadá sobre EEUU en la final de hockey hielo, en un partido apasionante en que servidor disfrutó como un enano, por qué no decirlo, viendo a jugadores como Sakic con tanta presencia en el faceoff, manejando tanto al puck como al equipo, y con ese precioso “wrist shot” que le caracterizaba.
Volviendo a la NHL, las temporadas posteriores (lockout incluído) no mejorarían lo anterior en Colorado. Tras la pérdida de varios jugadores importantes como Forsberg o Foote, Sakic se quedaba sólo tirando de los Avs, a los que aún así llevó a semifinales de conferencia. En los mundiales de hockey hielo ayudó a Canadá a alzarse con el triunfo (6 puntos en 6 partidos) y tras la retirada de Steve Yzerman en 2006, se convirtió en el jugador en activo con más puntos en la NHL. En la 2006-07 anotaba su gol 600, y por sexta vez alcanzaba los 100 puntos en temporada regular (a la edad de 37 años). A pesar de ello, los Avs se perdían los playoffs por primera vez en 11 años.
En 2007, cuando se intuían posibilidades de retirada, Sakic aún tenía cosas que hacer en la liga. En su 19 temporada, y firmando contratos de un único año, aún logró ser finalista en el Lady Bing Trophy, y colocarse octavo en la lista de anotadores históricos con 1591 puntos en el total. Tras 232 partidos jugados de forma consecutiva, una hernia lo apartaba del hielo de nuevo, pero a su vuelta consiguió su asistencia número 1000. De nuevo aparecieron las lesiones en las temporadas 2008-09, y Joe Sakic confirmó finalmente su retirada en 2009. Al comienzo de la siguiente temporada, se retiraba su número en la pista de los Avalanche, incluyendo la “C” en el banner en memoria de su largo servicio como capitán, y habiendo dejado a su paso liderazgo, clase y anotación por las pistas de hockey hielo del mundo. En junio de 2012, primer año en el que era posible, fue incluido en el Hall of Fame de la NHL.
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