Ayer SKA St.Petersburgo se proclamó campeón de la KHL por primera vez en su historia en el formato actual tras derrotar en el 5º partido de la final a Ak Bars en Kazán por 1-6. El equipo liderado por la estrella rusa Ilya Kovalchuk por fin puede justificar la enorme cantidad de recursos invertidos en la franquicia con una Gagarin Cup que se le venía resistiendo hasta ahora y que en más de una ocasión dejó en evidencia a Alexei Kasatonov, General Manager.
Con el poderío económico que conlleva ser el equipo en propiedad de la mastodóntica empresa Gazprom -líder mundial en exportación de gas natural- SKA se ha ido nutriendo de los mayores talentos europeos que o bien no han dado el salto a la NHL o regresaron de ella. Nabokov, Bobrovskiy, Tarasenko, Zubov, Yashin y ahora Kovalchuk han ido eclipsando a los Weinhandl, Thoresen, Koskinen y hasta a Panarin, pero, en definitiva, siempre contaron con las plantillas más profundas y de más talento junto con CSKA y Ak Bars, por los que ha tenido que pasar para poder aupar la Gagarin Cup.
Durante la temporada regular, sólo los debutantes Jokerit pudieron plantearle problemas a SKA en la Bobrov Division que se adjudicaron, aunque el título de Conferencia fue para CSKA. Panarin, Kovalchuk y Dadonov se encargaron de sembrar el terror en los equipos rivales y durante buena fase de la temporada tuvieron que confiar en su altísimo ritmo anotador para asegurar unos puntos que en la portería ni Salák ni Ivannikov eran capaces de retener, por lo que Kasatonov tuvo que buscar un refuerzo para apuntalar la meta. Mikko Koskinen llegó desde Novosibirsk y su posición dejó de ser un problema.
En Playoffs el camino a la final de Conferencia fue placentero. Dos eliminatorias frente a Torpedo y Dynamo de Moscú resueltas en 5 partidos para protagonizar una final anticipada con un resultado sorprendente, ya que los 3 primeros partidos acabaron con victoria de CSKA, en lo que parecía un nuevo fracaso en la antigua Leningrado. Pero Koskinen, Panarin, Dadonov, Shipachyov, Kovalchuk y Thoresen se pusieron el mono de trabajo y le dieron la vuelta, contra todo pronóstico, a la eliminatoria para llegar a una final en la que esperaba Ak Bars, ganador de las dos primeras ediciones de la KHL.
Tenían delante a otro auténtico equipazo, con el mítico Zinetula Bilyaletdinov en el banquillo, Nilsson en la portería, Azevedo, Burmistrov, Möller y Varnakov en ataque y una defensa que, con diferencia, estaba siendo la mejor de la post-temporada, con Brookbank, Denisov, Medvedev, Korneyev y Nikulin.
Llegados a este punto, la moral de SKA era ya imparable y, aunque Ak Bars se llevó el primer partido en St.Petersburgo para poner la serie 2-1 para SKA, estos se llevaron el 4º partido y aplastaron a su rival en Kazán para levantar a domicilio una copa que ya recorre las calles de la segunda ciudad más importante de toda Rusia.
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