Finalizaron las semifinales del Mundial IIHF 2015 de Praga-Ostrava que acabará mañana con la finalísima entre las dos archienemigas del hockey sobre hielo internacional, Canadá y Rusia.
Los primeros, claros favoritos, han acudido a la cita con un plantel poco habitual en la selección canadiense mundialista por la alta cantidad de superestrellas que este año no han querido perderse el torneo tras ser eliminados sus respectivos equipos en la NHL. Sidney Crosby, Claude Giroux, Matt Duchene, Taylor Hall, Tyler Seguin y Jason Spezza son algunos de los nombres de un roster que ha conseguido que la prensa canadiense lance encuestas a sus lectores para que consideren si es este el mejor equipo que ha llevado Canadá a un Mundial IIHF.
Su camino por la República Checa ha sido apacible. Fácil. Goleada tras goleada se plantaron en una semifinal contra los anfitriones, a los que tampoco dieron oportunidad alguna pese a que el marcador (0-2) no fue esta vez tan abultado. Ondrej Pavelec, meta de los Winnipeg Jets, fue la razón por la que los checos se mantuvieron vivos hasta el final. Ni Jagr, ni Voracek ni el recién llegado Plekanec fueron capaces de darle una enorme alegría a su afición, aunque mañana pelearán por la final de consolación, un premio que dejaría más que satisfechos a los suyos.
Delante, la Rusia de Kovalchuk. O más bien de Bobrovskiy, pues ha sido él la pieza clave en algunos momentos difíciles por los que ha atravesado su selección, incluyendo algunos minutos de la semifinal contra Estados Unidos, que tampoco deja indiferente a nadie, aunque Panarin, reciente fichaje de los Chicago Blackhawks, se encargó de darle un poco más de tensión con unas declaraciones en las que afirmaba que sus compañeros iban a enseñarle a los “chicos de instituto” -en referencia a la alta participación de jóvenes en USA- cómo se ganaba un partido. Pudo haberse llevado un revés, pero las palabras de Panarin, casualmente -o no- reflejaron a la perfección lo que fue esta semifinal.
Rusia salió a ganar y a muchos jugadores estadounidenses, como Dylan Larkin, Jimmy Vesey o John Moore el partido les vino muy grande. Sólo el futuro número 2 del Draft del mes que viene, Jack Eichel, y sobre todo, el portero Connor Hellebuyck, dejaron algo sobre el hielo. El peso americano, como podía intuirse, recayó sobre los Hendricks, Bonino, Lewis, Krug y Faulk. No fue suficiente, y eso que aguantaron el 0-0 hasta el último período. Mozyakin abrió la lata, Ovechkin, que llegó al torneo horas antes, sentenció y Chipachyov y Malkin pusieron la guinda al partido ruso.
El partido por el bronce comenzará a las 16:15 y la final por el oro mundial a las 20:45.
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