La selección canadiense se proclamó el domingo en Praga campeona del mundo tras aplastar a Rusia por 6-1 en la final. Una defensa imperial y un segundo período impecable hundieron las posibilidades del combinado ruso, inoperante durante casi todo el partido.
Como ya pudisteis leer en el resumen de las semifinales, Canadá llegaba a esta final tras pasearse y golear a los rivales que se encontraban, ya fuera en fase de grupos o eliminatorias. Y la final acabó siendo más de lo mismo pese a que muchos confiaban en la garra que los rusos suelen sacar en partidos de este calibre.
Aunque el primer período finalizó con el solitario gol de Cody Eakin a dos minutos del final, se pudo comprobar que uno de los equipos era muy superior al otro. Bobrovskiy estaba siendo bombardeado y sólo su grandísimo acierto frente a los atacantes rivales permitió a su selección llegar con vida tras los primeros 20 minutos.
Pero nada más. El segundo tercio iba a dejar prácticamente finiquitada la final y en menos de 10 minutos Ennis, Crosby y Seguin dieron una ventaja a Canadá de 4 goles que parecía inalcanzable, y es que, aunque Rusia es especialista en revivir cuando menos se les espera y remontar un partido casi perdido, el domingo era diferente. 1 sólo disparo en todo el período evidenciaba la notable inferioridad de los rusos. Cuesta creerlo, pero un combinado con Ovechkin, Kovalchuk, Panarin, Mozyakin, Dadonov y Tarasenko sólo fue capaz de disparar 1 vez en 20 minutos.
Oleg Znarok no tenía nada que hacer desde el banquillo. Un vendaval de superestrellas había aterrizado en Praga y nada podía impedir que se llevaran a casa el trofeo. Giroux, en una magnífica secuencia de pases de O’Reilly y Crosby, hizo el 5º y un minuto después MacKinnon puso un 6-0 que sólo Evgeni Malkin fue capaz de modificar con el llamado gol del honor. Aunque a Rusia, tras semejante humillación, poco honor les quedaba. O más bien orgullo, pero casi todos los jugadores acabaron perdiendo ambos cuando decidieron retirarse al vestuario para no tener que asistir a la entrega del trofeo. Sólo Ovechkin luchaba contra sus compañeros para permanecer allí como manda la tradición, pero el no saber perder, y menos de la forma en la que lo hicieron, se impuso y ahora Rusia afrontará una sanción de la IIHF.
La final de consolación acabó con un claro 3-0 en favor de Estados Unidos, que, con un recital de Hellebuyck, echó el cerrojo sobre su portería y sobre la ilusión de un público checo entregado que se quedó sin ver a los suyos con una medalla. Tuvieron que conformarse con el casero MVP que le fue entregado a Jaromir Jagr, que anunció su retirada de la selección.
Impresionante cómo jugó Canadá, no perdían una sola pastilla. Por otra parte gesto totalmente antideportivo por parte de los rusos...vídeo del momento: