Tras varios años de travesía en el desierto, Edmonton Oilers afronta el futuro con un enorme potencial y las esperanzas por todo lo alto gracias a tres números 1 del draft consecutivos en los últimos tres años
Echando un vistazo a las primeras elecciones de los últimos 10 años podría decirse que los equipos que han disfrutado de varias elecciones altas y consecutivas en el draft, han dominado la liga pasado un tiempo. Tomemos algunos ejemplos: Los picks de los Pittsburg Penguins de primera ronda desde 2002: pick#5 Ryan Whitney (D) en 2002, #1 Marc André Fleury (G) en 2003, #2 Evgeni Malkin (F) en 2004, #1 Sidney Crosby (F) en 2005, #2 Jordan Staal (F) en 2006. En consecuencia, los Pens se convirtieron casi al momento en aspirantes, subcampeones mas tarde en 2008 y, en 2009, ganadores de la Stanley Cup, siendo aún contenders hoy día. Algo más tardaron los Chicago Blackhawks para hacerse con la Stanley Cup de 2010 y situarse como serios aspirantes en los años siguientes. A pesar de su pick#3 en 2004 (Cam Barker), y del #7 en 2005 (Jack Skille), eligieron en el #14 a Brent Seabrook en 2003, en el #3 en 2006 a Jonathan Toews, y finalmente en el #1 en 2007 a Patrick Kane.
El caso de Edmonton quizá podría compararse con el de Pittsburg, pero vayamos por partes. Comenzamos por el draft 2008, donde tras una temporada de 88 puntos (41-35-6 y fuera de playoffs) los Edmonton Oilers elegían en el #22 de la primera ronda a Jordan Eberle, que permanecería en las ligas menores hasta 2010. En la temporada 2008-09, Edmonton firmaba un pobre 38-35-9, quedando fuera de playoffs una vez más, y en el draft 2009, elegían en el #10 al sueco Magnus Paajarvi. Paajarvi también esperó un par de temporadas para dar el salto a la NHL, pero en Alberta ya se frotaban las manos con la calidad de sus prospects de cara a un futuro próximo. Al año siguiente, con un récord aún más pobre de 27-47-8 y finalizando últimos de división, Edmonton obtenía el primer pick del draft 2010, y el elegido era Taylor Hall, con un expediente más que prometedor en las ligas junior.
Hall (22G 20A) dio el salto directamente, y a él se le unieron Eberle (18G 25A) y Paajarvi (15G 19A) en su primera temporada como jugadores NHL. Los números de la 2010-11 demostraban que iba a ser necesario algo de tiempo para que las nuevas piezas acabaran de encajar ya que Edmonton finalizaba último de división una vez más, con un récord de 25-45-12 y la peor racha de goles a favor y una de las peores de goles en contra de los últimos años.
Pero tras la horrible temporada llegaba una nueva alegría: un nuevo número 1 en el draft de 2011. ¿Elegirían los Oilers un defensa? Parecía claro que el apartado ofensivo estaba relativamente bien cubierto, y los mayores problemas aparecían en defensa y portería… O quizás añadir algún forward con más presencia física que finura en el hielo… pero no. El pick#1 fue para el center canadiense Ryan Nugent-Hopkins que, de forma similar a Taylor Hall, firmaría directamente un entry-level contract para jugar en NHL de inmediato y conseguir 18G y 34A, empatado a puntos con el que sería ganador del Calder Trophy y número 2 del draft, Gabriel Landeskog.
Con la adición de tanto talento en las líneas de ataque, Edmonton logró remontar tímidamente en cuanto a estadística en 2011-12 respecto a los años anteriores, con un récord de 32-40-10 pero finalizando pese a todo en el último lugar de división. Jordan Eberle (34G 42A) se asentaba como estrella del equipo, Taylor Hall (27G 26A) mejoraba pese a disputar menos partidos debido a repetidas lesiones, mientras que los números de Paajarvi caían hasta 2G 6A en 41 partidos, y el sueco pasaba a los Oklahoma City Barons de la AHL para intentar recuperar su nivel de juego (ver número 1 de TH Magazine).
La sorpresa saltó en postemporada al conocerse que, por tercer año consecutivo, Edmonton Oilers elegirían en primer lugar en el draft. Una vez más, al elegir pesó más la capacidad de anotación que la defensa y los Oilers seleccionaron al ruso Nail Yakupov, aglutinando aún más talento en sus líneas de ataque de cara a 2012-13.
Tras este repaso, puede verse que el potencial de Edmonton Oilers a día de hoy es realmente enorme. El equipo ha comenzado la acortada temporada 2013 con actuaciones irregulares pero una sensación general de poder firmar su mejor récord desde hace cinco años. Además, al cierre del lockout, el defensa Justin Schultz (del mismo draft 2008 que Eberle), firmaba con Edmonton tras liderar la AHL en anotación para un defensa. Con los contratos actuales, Nugent-Hopkins y Schultz no serán RFA hasta 2014. Un año más tarde lo será Yakupov. Con Eberle y Hall “atados” tras su renovación hasta 2020, y esperando que éste último se libre de la tendencia a las lesiones, parece que los mimbres están puestos para que la franquicia cambie radicalmente su tendencia negativa y se transforme al fin en contender. Además, echando un vistazo a los prospects en los equipos menores, quizá encontremos para este futuro próximo la tan buscada profundidad en defensa con Oscar Klefbom, Martin Marincin o David Musil, y aún más pólvora con Teemu Hartikainen. Todo apunta a que dentro de varios años, veremos esta plantilla con auténtico asombro.
A pesar de ello, no todo pinta tan bien en Edmonton. Si comparamos estos Oilers con los Penguins de 2006 o los Blackhawks de 2008, aparece el que podría ser el gran impedimento para que en Edmonton se repitan los éxitos de Pens o Hawks: el equilibrio de la plantilla. Observando de hecho los picks de los Penguins desde 2002 a 2006, básicamente puede construirse un compensado sexteto inicial totalmente imposible de conseguir con las primeras elecciones de los Oilers desde 2008. Aunque, evidentemente, parece claro que puede equilibrarse la plantilla vía traspasos. Bien es cierto que la plantilla oiler cuenta con un gran número de veteranos que deben guiar y tutelar a tanto joven talento, pero no menos cierto es que el sueldo de jugadores como Horcoff, Hemsky o Whitney es un peso difícil de mover y que podría utilizarse en apuntalar los puntos débiles del equipo, esto es, la defensa (a pesar de la adquisición de Schultz) y portería, donde para cumplir las aspiraciones de futuro, Devan Dubnyk debe asentarse como portero de garantías, ya que Nikholai Khabibulin afronta sus últimos partidos en NHL. Dado el tiempo que algunos de los jóvenes llevan ya en el equipo, algunos fans ya se impacientan, pidiendo el despegue inmediato, o al menos la vuelta hacia una tendencia positiva acorde con la calidad latente del equipo, y alegando que no se puede vivir en un eterno rebuild, con la enorme ventaja de basarse en acumular números 1 del draft. Si tanto Penguins como Blackhawks consiguieron sus éxitos entre dos y tres años después de disfrutar de esas series de picks altos consecutivos… ¿quiere decir eso que para 2015 levantarán los Oilers la Stanley? Parece claro que ese famoso y prometedor futuro se acerca en Edmonton… pero quizás debería ir llegando pronto.
buen artículo