Los Pittsburgh Penguins volverán por segundo año consecutivo a la final por la Stanley Cup tras derrotar en 7 partidos a los Ottawa Senators.
Las alegrías no cesan por el oeste de Pennsylvania. Tras 85 minutos, Chris Kunitz, que no anotaba un gol en Playoffs desde el 5º partido de la final del Este del año pasado frente a los Tampa Bay Lightning, finiquitaba la serie con el 3-2 en la segunda prórroga del séptimo partido entre Penguins y Senators.
No ha sido una temporada fácil, pero un sistema muy bien trabajado tanto por Mike Sullivan en el banquillo como por Jim Rutherford en las oficinas ha evitado que la plaga de lesiones con la que se ha encontrado el equipo en momentos muy delicados les alejen de una copa que podrían convertir a los Pittsburgh Penguins en la primera franquicia en ganar dos Stanley Cup seguidas desde los Detroit Red Wings de 1997 y 1998.
El capitán, Sidney Crosby, no está ni mucho menos en su mejor momento tras la conmoción (otra más) sufrida durante la eliminatoria contra los Washington Capitals. Kris Letang es baja desde el 22 de enero y media defensa ha pasado recientemente por la enfermería (Ron Hainsey, Olli Määttä, Justin Schultz, Chad Ruhwedel). En ataque, además de Crosby, tampoco se han librado de las lesiones Patric Hornqvist, Bryan Rust y Tom Kuhnhackl; y como guinda al pastel, Matt Murray, portero titular, ha estado fuera durante prácticamente todos los Playoffs y apenas lleva un par de semanas activo.
Pocos serían los equipos capaces de sacar adelante durísimos enfrentamientos de Playoffs como los vividos contra Washington y ahora contra Ottawa con semejante escenario, pero los Pittsburgh Penguins están ahí.
Es probable que los Nashville Predators sean el peor rival posible a estas alturas de la temporada. Son un equipo muy bien construido que no dudará en usar su físico cuando la situación lo requiera. ¿Quedará suficiente gasolina en Pittsburgh? Lo veremos a partir del lunes.
You can be first to leave a comment
Only registered users can comment.