Glens Falls es una ciudad del condado de Warren, en Nueva York. Allí, en 1864 y también en 1884 y 1902, un incendio arrasó el lugar. Este verano los Calgary Flames trasladaron su equipo afiliado en la AHL a Glens Falls, recibiendo el nombre de Adirondack Flames, y decidieron darle vida a una llama, Scorch, que hasta hace unos días iba a ser la nueva mascota del equipo. Iba, en pasado, porque ya ha dejado de serlo tras la polémica despertada en su presentación oficial.
Los Flames decidieron darle un transfondo a la simpática mascota y Scorch fue presentada como una chispa que se mantuvo viva tras el incendio de 1864, el más grave de los 3, y que llevaba 150 años reservando su energía para que ahora pudiera “calentar” a los aficionados del Glens Falls Civic Center, hogar de los Adirondack Flames, y su primera demostración de poder se pudo ver en el vídeo que sirvió como presentación y que acabaría siendo su perdición. En ella, Scorch derrota al “malvado” bombero que intentó apagarla.
El equipo comenzó a recibir mensajes de sus propios aficionados, que calificaban el vídeo como una broma de mal gusto, y desde Adirondack Flames se vieron obligados a emitir un comunicado pidiendo disculpas, confirmando la retirada de Scorch y anunciando que se pondrían manos a la obra con el diseño de una nueva mascota.
Lo desternillante del asunto es que no es la primera vez que un equipo de hockey en Glens Falls se ve obligado a sustituir su mascota. En 2005, los Adirondack Frostbite de la ya extinta United Hockey League tuvieron que deshacerse de Knuckles, un oso polar cuyos enormes dientes asustaban a buena parte de los niños que asistían a los partidos de los Frostbite.
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